jueves, 8 de noviembre de 2007

Punto G, zona de alta tensión.



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La zona vaginal es una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo, y algunas mujeres, al ser estimuladas continuadamente, obtienen a través de ella una excitación muy intensa.

"Me avergüenza la reacción de mi cuerpo."

"Tengo 32 años y últimamente me asalta una duda cuando mantengo relaciones sexuales con mi pareja. En algunas ocasiones llego a mojar la cama cuando siento un mayor placer, y no puedo evitar sentir mucha vergüenza cuando me encuentro en esta situación. ¿Se trata de algo normal? ¿A todas las mujeres les ocurre lo mismo?" M. A.

Muchas mujeres experimentan sensaciones muy parecidas a la que tú describes en tu carta cuando se estimula adecuadamente lo que popularmente se denomina "punto G".

Esta respuesta de su cuerpo en el momento de placer máximo es lo que se considera "eyaculación femenina", ya que habitualmente al llegar al clímax se produce la emisión de un líquido claro y transparente (que no tiene una función lubricante), cuando se alcanza el orgasmo.

Aunque los investigadores no han conseguido demostrar dónde se origina ese misterioso líquido, parece que es expulsado a presión a través de la uretra después de haberse formado en las glándulas periuretrales.

Geografía del cuerpo femenino.

El médico alemán Ernest Grafenberg fue el descubridor del tan comentado "punto G". Él lo situó en una pequeña zona en la cara anterior de la vagina, cerca de la uretra femenina.

Este punto, según afirmaba en sus estudios, tiene una forma parecida a la de una pequeña judía y unas dimensiones que son variables en cada mujer. Su secreto es que al ser estimulado adecuadamente durante la relación sexual, provoca el orgasmo.

La polémica de sí existe o no este punto estaba servida desde ese mismo momento e, incluso hoy, el debate no ha perdido fuerza.

Lo que sí está comprobado es que la zona vaginal es una de las zonas más sensibles de nuestro cuerpo, y que algunas mujeres, al ser estimuladas continuadamente, obtienen a través de ella una excitación muy intensa.

A diferencia de ella, el llamado "punto G" no puede notarse al tacto si no existe previamente una estimulación directa de esa zona. ¿Y cuál es el punto erógeno equivalente en los hombres? Cuando se trata de transferir esa importante zona erógena a la anatomía masculina, hay que referirse sin lugar a dudas a la próstata.

Para complicar un poco más la búsqueda de puntos erógenos en el cuerpo femenino, no debemos olvidarnos del denominado "punto A", del que se empezó hablar muy recientemente, en 1996.

Está ubicado en la misma pared que el "punto G", aunque se encuentra un poco más atrás y a medio camino entre éste y el cuello de la vagina. Su superficie es suave y excesivamente sensible al tacto. A la hora de mantener relaciones sexuales, su localización favorece la lubricación femenina y sus orgasmos.

Lo que hay que tener en cuenta.

- Aprender a conocer nuestro cuerpo es la mejor medida que podemos tomar para cuidarnos más y para descubrir una verdadera dimensión del placer. Es bueno que aprendamos a identificar todas y cada una de sus partes. Será mucho más sencillo si nos miramos delante de un espejo.

- No podemos esperar que nuestro compañero o compañera descubra cuáles son nuestros puntos más sensibles de una forma espontánea, sin darle ninguna pista. Ademas, si nosotros mismos los ignoramos, nunca podremos disfrutar plenamente de ellos.

- Hay quienes prefieren justificar su desconocimiento en este campo pensando que se trata de algo complicado y que no existe. A veces sólo somos conscientes de nuestro cuerpo cuando se nos plantea algún problema.

- Cada persona tiene sus propias zonas sensibles, y no hay que sentirse mal por no haber descubierto todavía algunos puntos erógenos.

- Las áreas que provocan mayor excitación en la mujer están repartidas a lo largo de todo el cuerpo, y se pueden descubrir con besos apasionados o suaves, empezando, por ejemplo, en el nacimiento del cabello, el lóbulo de la oreja o el cuello. Además, el punto de placer garantizado en la mujer es el clítoris, en el que la sensibilidad y el éxtasis confluyen.

- Los hombres suelen alcanzar una excitación inmediata con una estimulación directa de sus órganos sexuales, pero no hay que olvidar que las caricias y los besos en las manos, la espalda o los hombros pueden ser también igual de gratificante.

Fuente: Dr.Jorge Granillo

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